domingo, 18 de noviembre de 2012

El amor es uno - No tiene partes separadas ni grados; no hay diferentes clases de amor ni tampoco diferentes niveles.









Tal vez creas que hay diferentes clases de amor. 
Tal vez creas que hay un tipo de amor para esto y otro
para aquello; que es posible amar a alguien de
 una manera y a otra persona de otra. 
El amor es uno. 
No tiene partes separadas ni grados; 
no hay diferentes clases de amor ni tampoco
 diferentes niveles; en él no hay divergencias
 ni distinciones. 
Es igual a sí mismo, sin ningún cambio en 
ninguna parte de él. 
Ninguna persona o circunstancia puede hacer que cambie. 
Es el Corazón de Dios y también el de Su Hijo.




Un Curso de Milagros





viernes, 16 de noviembre de 2012

El significado del amor queda velado para todo aquel que crea que el amor puede cambiar








El significado del amor queda velado para todo
 aquel que crea que el amor puede cambiar, 
pues no se da cuenta de que un amor cambiante 
es algo imposible. 
Y así, cree que algunas veces puede amar y
otras odiar. 
Cree también que se puede profesar amor sólo a una persona, 
y que el amor puede seguir
siendo lo que es aunque se le niegue a los demás. 
El que crea estas cosas acerca del amor demuestra
que no entiende su significado. 
Si el amor pudiese hacer tales distinciones, 
tendría que discernir entre justos y pecadores,
 y percibir al Hijo de Dios fragmentado.



Un Curso de Milagros



jueves, 1 de noviembre de 2012

Cuando amas a alguien lo has percibido tal como es









Cuando amas a alguien lo has percibido tal 
como es, y esto te permite conocerlo. 
Hasta que primero no lo percibas tal como es no
 lo podrás conocer. 
Mientras sigas cuestionando
 lo que él es, estarás implicando claramente que 
no conoces a Dios. 


Un Curso de Milagros







Lo que pides con Amor vendrá a ti.











El mundo real, por otra parte, tiene el poder de
 influenciarte incluso aquí porque lo amas. 
Y lo que pides con amor vendrá a ti. 
El amor siempre responde, pues es incapaz de negar
 una petición de ayuda, o de no oír los gritos de 
dolor que se elevan hasta él desde todos los
 rincones de este extraño mundo que construiste, 
pero que realmente no deseas. 
Lo único que necesitas hacer para abandonarlo y 
reemplazarlo gustosamente por el mundo que tú 
no creaste, es estar dispuesto a reconocer 
que el que tú fabricaste es falso.



Un Curso de Milagros