Deja que te diga algo:
deberías vivir como Buda Como Jesús.
Como
lo hicieron todos los santos que siempre habéis idolatrado.
Sin embargo, como ocurrió con la mayoría de los santos, la gente
no te entendería.
Y cuando trataras de explicar tu sensación de paz, tu alegría
de vivir,
tu éxtasis interior, ellos oirían tus palabras, pero no te
escucharían.
Tratarían de repetir tus palabras, pero las acrecentarían.
Se asombrarían de que
tuvieras lo que ellos no pueden encontrar.
Y entonces se volverían envidiosos.
Pronto la envidia se convertiría en rabia, y en su furor tratarían de convencerte
de que eras tú quien no entendía a Dios.
Y si fracasaran a la hora de arrancarte tu alegría, tratarían de
hacerte daño;
tan enorme sería su rabia.
Y cuando tú les dijeras que eso no te
importaba, que ni siquiera la muerte podría privarte
de tu alegría, ni
cambiaría tu verdad, seguramente te matarían.
Entonces, cuando vieran
con qué paz aceptabas la muerte,
te llamarían santo, y te amarían de nuevo.
Y ello porque está en la naturaleza
de las personas amar, luego destruir,
y luego amar de nuevo a aquello que más
aprecian.
Extracto del libro Conversaciones con Dios - Neale Donald Walsch
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