La libertad es el único regalo que
les puedes ofrecer a
los Hijos de Dios,
ya que es el reconocimiento de lo
que ellos son y de lo que Él es.
La libertad es creación porque es
amor.
No amas a quien tratas de aprisionar.
Por lo
tanto, cuando tratas de
aprisionar a alguien,
incluyéndote a ti mismo, no le
amas
y no te puedes identificar con él.
Cuando te aprisionas a ti
mismo
pierdes de vista
tu verdadera identificación
conmigo y con el Padre.
Tu
identificación es con el
Padre y con el Hijo.
Es imposible que te
identifiques con uno
y no con el otro.
Si eres parte de uno, eres
parte
del otro, ya que ambos son uno.
La Santísima Trinidad es
santa
porque es Una.
Si te excluyes a ti mismo de
esta
unión, estás percibiendo a la
Santísima Trinidad como desunida.
Tú
no puedes sino estar incluido en
ella porque la Santísima Trinidad
lo es todo.
A
menos que ocupes el lugar que te
corresponde en Ella y
cumplas la
función que por ser parte
de Ella te corresponde
llevar a cabo, la
Santísima Trinidad
estará tan desposeída como tú.
Ninguna de Sus
partes puede estar
aprisionada si es que su verdad
ha de conocerse.
Un Curso de Milagros
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