martes, 22 de mayo de 2012

Sobre el Amor - Aivanhov



 Muchos se fijan sólo en la apariencia física, por eso se dejan de
querer enseguida. Era el cuerpo físico lo que querían en primer lugar, no
era el alma, el espíritu, y si es así, acaban siempre rechazándose,
separándose. Mientras que en la Enseñanza se aprende cómo amar: a través
de la mujer el hombre busca a la Madre Divina y va hasta ella para
intercambiar energías, cualidades y gozos; y la mujer aprende cómo, a
través del hombre,
 puede encontrar al Padre Celestial. Y así su amor jamás se acabará. 
Mientras que ahora los hombres y las mujeres hacen
intercambios muy limitados, y después se extrañan al comprobar que ya no
se aman. Pero es normal, ¿por qué amarse cuando ya no hay nada que amar
dentro de sí? Y justamente, cuando se aman por sí mismos se trata de algo
limitado; pero cuando se aman por una idea, por un ideal para el que los
dos colaboran y trabajan, no pueden ya separarse, porque no aman al ser
sino a esta idea, a este ideal, a este espíritu, y entonces todo cambia. Esto es
lo que hay que explicar a la juventud. Hay que mostrarle con ejemplos, con
imágenes, las consecuencias de una y otra actitud.
¡Cuántos jóvenes han venido a mí para hablarme de la chica o del
chico que amaban! Entonces, le hago, por ejemplo, esta pregunta al joven:
« ¿Qué le gusta en esta chica? Oh, su rostro, sus piernas, su pecho, sus ojos.
- Pues créame, en este caso su amor no durará mucho tiempo. - Pero,
¿cómo? ¿Por qué? - Porque no se ha ocupado de conocer los pensamientos
de esta chica, su corazón, sus sentimientos, su sensibilidad, sólo le gusta el
lado exterior. En muy poco tiempo estará harto de todo lo que es bonito, de
todo lo que es encantador, y cuando descubra que es caprichosa,
deshonesta, o ligera, ya no verá su belleza y querrá dejarla. Mientras que a
otro, le hago la misma pregunta: « ¿Qué le gusta en esta chica? - Su manera
de pensar, sus gustos espirituales. -
¡Magnífico! Y físicamente, ¿cómo la encuentra? - Físicamente no me
dice gran cosa. - Pues bien, no se inquiete, porque cuando a uno le gusta la
manera de pensar, de obrar de un ser, cuando le gusta su alma y su espíritu,
se encariña tanto con ella, la quiere tanto, que hasta físicamente acaba por
atraerle». He visto ciertas personas que físicamente sentían al principio
repulsión mutua, pero que, poco a poco, al crecer entre ellos un
entendimiento espiritual, intelectual, acababan por amarse también
físicamente.
Por eso digo a la juventud: «Antes de casaros procurad ver si tenéis
afinidades en el plano mental y en el plano de los sentimientos. El plano
físico debe ocupar el tercer lugar. Si os casáis únicamente por atracción
física, cuando aparezcan las demás manifestaciones discutiréis, os pelearéis
y os pegaréis». Desgraciadamente, así terminan los matrimonios de miles y
miles de personas; porque eran demasiado estúpidas y no han tenido
buenos consejeros. 
Por lo demás, a menudo ni siquiera los padres saben dar buenos consejos; 
en vez de instruirles, dicen a su hija o a su hijo: «
¡Arréglatelas tú solo, arréglatelas!» Evidentemente, sé muy bien que
aunque se les den consejos los jóvenes no escuchan; pero al menos, un día,
después de fracasar, después de la catástrofe, los recuerdan. No hay que
imaginarse que las explicaciones y los consejos son eficaces, ¡sé bastante
de eso! Es después, cuando se han roto la crisma, cuando recuerdan las
explicaciones.
¡Ah! Cuántas cosas aún por dilucidar, por aclarar, pero estamos
limitados, no tenemos mucho tiempo. Yo quisiera dároslo todo,
explicároslo todo, pero es imposible. Aconsejo a los hermanos y hermanas
de la Fraternidad que no se casen con hombres ni con mujeres que no
acepten las ideas de esta Enseñanza, porque su amor no durará mucho
tiempo, o bien, para que dure se verán obligados a descender, a
conformarse con los deseos, los caprichos de su pareja, y por lo tanto, a
sacrificar lo celestial por lo terrenal. Hay muchos que ya lo han hecho,
hasta en la Fraternidad: se han encaprichado de personas que no tenían
ningún ideal, han sacrificado todo lo que podían tener aquí para su alma y
para su porvenir, y ahora están tristes, deprimidos y son desgraciados; pero
es demasiado tarde para volver atrás. Creedme, mis queridos hermanos y
hermanas, no os juntéis con seres que no tienen un ideal de vida espiritual,
de lo contrario sufriréis.


Extraido del libro LA PERSONALIDAD
Y LA INDIVIDUALIDAD
Como distinguirlas?
Clave Esencial para el desarrollo y evolución
del ser humano.



1 comentario:

pali dijo...

La relacion especial y la relacion santa explicadas